Cómo ser un Mejor Líder y Más Fuerte
Hoy en día hay una gran demanda de líderes con una visión y una presencia enérgicas. En un mercado global en continuo cambio, las empresas necesitan personas con talento que comprendan el poder (y a veces los peligros) del liderazgo.
¿Estás satisfecho con la calidad de tu propio liderazgo? ¿O hay margen de mejora para servir mejor a los distintos stakeholders? Los beneficios potenciales de un liderazgo fuerte hacen que el esfuerzo merezca la pena:
- Mayor compromiso de los empleados
- Aumento de la moral y la productividad
- Resultados de equipo más coherentes
- Capacidad de promoción interna
A continuación te ofrecemos algunos consejos para mejorar la forma en que lideras tu organización:
Comparte tu pasión.
Probablemente sea seguro asumir que sientes mucha pasión por tu papel como CEO, propietario y/o líder empresarial. Pero puede que esa pasión no siempre se transmita a los que te rodean.
“Los grandes líderes no sólo se centran en conseguir que los miembros del grupo terminen las tareas”, señala Verywell Mind. “Sienten auténtica pasión y entusiasmo por los proyectos en los que trabajan”.
Perfecciona tus habilidades de comunicación.
Como un árbol que nadie oye caer en el bosque, las habilidades comunicativas de un líder no funcionan si nadie escucha. Al dirigirse a los diferentes stakeholders, los líderes fuertes dejan su mensaje absolutamente claro. Como hemos señalado antes, “inspiran y motivan: cualidades esenciales del liderazgo, independientemente de su negocio o sector”.
Es igualmente importante que sepas escuchar. Céntrate en lo que dicen los demás, pero también en cómo se expresan con señales no verbales y lenguaje corporal. Mejorarás tus habilidades comunicativas porque los demás sentirán que te interesa de verdad lo que tienen que decir.
Deja que la gente te conozca.
En muchas empresas, los empleados de primera línea y de apoyo rara vez ven al propietario/director general en persona. Un líder fuerte saca tiempo para conectar con los que trabajan “entre bambalinas”. La Harvard Business Review recomienda abrirse sobre tu papel dentro de la organización: ” Habla de los problemas en los que estás trabajando y pide ideas a los miembros del equipo sobre cómo resolverlos”.
Además de que el personal aporte soluciones potencialmente valiosas, este enfoque ayuda a fidelizar y comprometer a tu plantilla.
Aprende siempre.
Los líderes fuertes saben perfectamente que no lo saben todo. Para ellos, el aprendizaje es un proceso permanente, sobre todo en lo que respecta a su propia empresa y a las de sus competidores.
“Cuando se deja de aprender, una empresa deja de mejorar sus resultados”, afirma Jim Morris, propietario de TAB Tennessee Valley Region. ” Asegúrate de que tú, como líder, tienes la mente lo suficientemente abierta como para dedicar tiempo a mantenerte al día de las nuevas tendencias en los negocios y utilizar nuevas y mejores formas de resolver problemas”.
Mantén una actitud positiva.
La gente se siente naturalmente atraída por los líderes que rebosan confianza en sí mismos y positividad. En casi todas las organizaciones hay personas que (a veces inconscientemente) trabajan bajo una nube de negatividad y propagan esa influencia indeseable entre los demás.
Si este es el caso de alguien de tu equipo ejecutivo, es hora de retarle a que piense de forma diferente sobre su vida y sus esfuerzos empresariales. (Como mínimo, es aconsejable que no pase mucho tiempo a su alrededor). Las personas de toda la organización dependen de que mantengas la confianza y la seguridad a diario, pero especialmente en medio de cualquier tipo de crisis.
Una forma segura de mejorar tus dotes de liderazgo es unirte a un grupo de consejo de pares, como TAB. Reunirse periódicamente con otros líderes empresariales en un entorno confidencial ofrece la oportunidad de aprender de los demás, compartir tu propia sabiduría adquirida con esfuerzo y descubrir nuevas formas de hacer crecer tu negocio.