Diagnóstico Empresarial

En promedio, dedico al menos un tercio de mi tiempo cada semana a trabajar en las áreas estratégicas de mi negocio. La mayoría de las semanas, no paso mi tiempo atendiendo emergencias y realizando actividades que algún colaborador podría hacer igual de bien que yo.

Hemos establecido una visión de empresa que todos los colaboradores conocen. Todos nuestros trabajadores laboran de manera conjunta para que la empresa alcance dicha visión.

Medimos el nivel de compromiso de nuestros empleados, y somos conscientes de que la mayoría de ellos están comprometidos y dispuestos a hacer más de lo necesario en beneficio de la empresa.

Año con año, hemos logrado crecer de manera consistente la facturación.

Hemos desarrollado una marca fuerte para nuestro negocio; es una marca que nuestros clientes entienden y con la que se identifican. Las métricas de retención de clientes sugieren que nos compran más y se mantienen fieles a nosotros debido a la marca.

Nuestros clientes conocen y valoran los beneficios de nuestros productos y servicios. Ellos entienden cómo nuestra oferta es diferente y superior a la de la competencia.

Nuestras utilidades superan el promedio de la industria y no tenemos problemas de flujo de efectivo. Estamos financieramente preparados en caso de una recesión económica.

Frecuentemente, medimos nuestra satisfacción de servicio al cliente. Utilizamos esta información para mejorar el desempeño de nuestro negocio. Nuestros empleados proveen constantemente un servicio al cliente excepcional, y nuestros clientes se sienten valorados.

Nuestros principales procesos como negocio están bien documentados y nuestros empleados podrían continuar trabajando a un alto nivel, si uno o más empleados clave se fueran.

Contamos con un proceso formal de reclutamiento que está destinado a identificar y garantizar la selección de los mejores talentos. Estamos constantemente trabajando para desarrollar a nuestro personal y no somos cerrados a despedir a aquellos que se desempeñan por debajo de las expectativas o que ya no se ajustan a la visión de la empresa. Tenemos una cultura que impulsa a los mejores empleados.

Nuestro negocio opera a partir de un plan de operaciones y estratégico año con año; todas las operaciones de la empresa están alineadas con dicha planeación.

Gestionamos nuestra empresa usando Indicadores Clave de Desempeño (KPIs) que nos señalan de forma temprana el rendimiento financiero futuro. Revisamos y rastreamos nuestros KPIs semanalmente.

Mis socios y familiares que trabajan en el negocio están completamente alineados con la dirección de la empresa y no tienen ningún conflicto significativo.

Sé cuál es mi estrategia de retiro del negocio y confío en que concluiré con éxito mi participación en la empresa. En caso de mi fallecimiento o incapacidad, he preparado un documento que expresa mis deseos para la continuación o venta de la empresa.

He alcanzado mi equilibrio ideal entre trabajo y vida personal, o tengo un plan específico sobre cómo voy a lograrlo.

Los empleados saben muy bien qué es lo que se espera de ellos, están comprometidos y son responsables de sus resultados. También son conscientes de cómo su trabajo suma al alcance de los objetivos del negocio.

Cuento con un consejo eficaz y formado por propietarios de negocios, el cual consulto cuando debo tomar decisiones importantes sobre la empresa.