5 Elementos “Imprescindibles” de un Plan Estratégico

Decidir “quedarse quieto” no es una opción viable para la mayoría de las empresas. Las condiciones del mercado cambian constantemente, y las necesidades y preferencias de los clientes cambian a menudo con el tiempo, por lo que los líderes empresariales deben emprender una planificación estratégica eficiente y realista.

Aunque un plan estratégico completo puede adoptar muchas formas, siempre deben incluirse ciertos elementos clave. Esto ayuda a garantizar que el plan ocupe un lugar significativo dentro de la organización, en lugar de acabar como un documento más olvidado en un cajón.

Cuando hagas tu plan estratégico, no intentes acelerar el proceso. Como ya hemos señalado anteriormente con respecto a los planes estratégicos, “Elegir una ruta determinada definirá la lentitud o rapidez con la que se llega al destino final, por lo que es muy importante elegir bien”.

 A continuación, presentamos cinco elementos y pasos de acción “imprescindibles” que debes tener en cuenta.

Empieza por tu visión.

Es posible que sepas cómo es el “éxito” en el presente, y quizás incluso un poco en el futuro. Pero todo plan estratégico requiere una visión más amplia y de largo alcance del éxito futuro.

Y “aunque los plazos exactos pueden variar”, señala ClearPoint Strategy, “suelen oscilar entre 3 y 10 años”. El beneficio de tener una visión bien articulada es ayudar “a ti y a tus empleados a visualizar hacia dónde se dirige la organización”.

Incorpora los valores de la empresa.

Tanto si los valores proceden de un líder empresarial como de la propia cultura de la empresa, es fundamental articular “lo que hace la empresa, a quién sirve y la motivación de los fundadores para poner en marcha la empresa”, afirma Indeed. Para un plan estratégico, “los valores pueden ser amplios, con una o dos palabras que los representen”.

Si los valores de tu empresa son evidentes a primera vista, evalúa el estado actual de tu negocio para saber objetivamente si todo el mundo se adhiere a esos valores. Contar con unos valores establecidos ayuda a una empresa a mantener su misión principal y a generar una confianza cada vez mayor con su base de clientes.

Hacer hincapié en la responsabilidad.

En muchos casos, un grupo de personas trabaja de forma conjunta en la elaboración de un plan estratégico. Desgraciadamente, esto puede llevar a que nadie sea realmente responsable de los pasos de acción del plan. Por eso es fundamental establecer responsabilidades.

Sin responsabilidad, como señala Cascade, es probable que se produzcan los siguientes resultados negativos:

  • Choque de perspectivas sobre las prioridades empresariales
  • Conflictos internos cuando las cosas van mal y nadie es responsable.
  • Falta de orgullo o sentimiento de logro en los resultados del plan.

“Lo ideal sería que las personas responsables de un segmento concreto del plan también hubieran contribuido de forma decisiva al propio plan”.

Establece prioridades.

Un plan estratégico no es el lugar adecuado para abordar una larga lista de objetivos potenciales. Insertar demasiadas “prioridades” en el plan estratégico suele dar lugar a que se consiga muy poco, ya que nadie puede determinar con precisión qué es verdaderamente importante y qué no lo es.

Un enfoque eficaz consiste en “realizar un análisis FODA o un ejercicio similar para identificar las cuestiones más urgentes que debe abordar la empresa”, señala Indeed. Algunos ejemplos de estas cuestiones pueden ser “centrarse en una oportunidad de mercado concreta, abordar un punto débil e impulsar la innovación”.

Definir iniciativas estratégicas.

Tal vez la mejor forma de trasladar el concepto a la práctica sea mediante la identificación de iniciativas estratégicas clave orientadas al crecimiento a largo plazo. Según el Center for Management and Organization Effectiveness, la mayoría de las iniciativas estratégicas se crean para:

  • Abordar un problema empresarial fundamental que obstaculice el crecimiento a largo plazo.
  • Esfuerzos de “construcción y creación” que persiguen cambios significativos en la forma de hacer las cosas dentro de la organización.
  • Asumir un plan “ofensivo” que ofrezca una ventaja competitiva potencialmente significativa.
  • Preservar las ventajas empresariales existentes en una postura más “defensiva”.
  • Adoptar “iniciativas basadas en el tiempo” que se lograrán a lo largo de varios años.

Al final, “aplicar con éxito una iniciativa estratégica de cualquier tipo generará mayor valor y beneficios para la empresa, sus clientes, sus empleados y la comunidad”.

Escrito por Lee Polevoi